Álvaro Martín montó su agencia inmobiliaria en Gijón en 2010, en el peor momento inmobiliario de los últimos tiempos. Empezó como todos, gestionando todo lo que le entraba en la inmobiliaria, alquileres de locales, venta de parcelas, casas y pisos, oficinas y hasta naves industriales.

Después de 10 años de duro trabajo, incluyendo muchos sábados y domingos para enseñar propiedades, Álvaro se paró a analizar su negocio y veía que apenas le daba para tener un sueldo que no se compensaba con todo el trabajo y responsabilidad que conllevaba.

Tras varios días de análisis, se decidió a apostar por comercializar solo viviendas unifamiliares, especializándose y ofreciendo un servicio de máxima atención y servicio a su cliente. 

Detectó varios problemas, miedos y preocupaciones que fueron en aumento los últimos años, como los impagos de alquileres, los destrozos en viviendas turísticos y las ocupaciones generalizadas que iban en aumento. Se puso en contacto con Doble Legal para buscar una solución ante este abuso e indefensión.